No estoy hablando de la escusa fácil del deber "extraviado" (mii olvide en la casa, se lo comió el perro - que ni tienes-), sino de aquellos singulares personajes que alimentan nuestras vidas estudantiles con sus exageraciones y sus vidas que parecen sacadas de películas de acción o telenovela mexicana. A continuación escribiré tres casos que me diviertieron muchísimo a su tiempo y mantendré sus identidades en secreto.
Vamos con la primaria: donde tenía un singular amigo que a pesar de vivir en un multifamiliar de barrio de clase media, me aseguraba que su familia tenía un auto con las propiedades del auto fantástico, es decir: podías llamarlo a que te recoja en cualquier punto de la ciudad, era completamente indestructible (salía ileso de choques con camiones y esas cosas, alcanzaba velocidades astronómicas (capaz de viajar de Quito a Manta en menos de 4 horas) y obviamente era muy exclusivo y costaba una fortuna. Y bueno, cuando eres chamo puedes llegar a creerle cuanto cuento te meta a un guambra mitómano, solo que ya más crecidito me di cuenta que lo que me contaba dicho amigo era en verdad un absurdo.
En la secundaria: había un personaje muy particular, todos lo despreciaban pero a mi me caía bien. Sin embargo era digno de hilaridad las aventuras que había tenido y los lugares que había visitado. Una vez más era poco creíble como un sujeto que vivía en un barrio de clase media, tirando a subterránea pudiera haber conocido: media Unión Americana, media Europa, ¡Australia!, ¡TAIWÁN!. Pero sin duda su mejor historia fue cuando en una especie de "Safari Australiano", él había estado iendo en un automóvil y observa que estaba cayéndose un koala de un árbol. Él con la mayor pericia del mundo había alcanzado a: bajar la ventana del auto, salir medio cuerpo de el, extender los brazos y evitar que la caída del pobre koala sea mortal para el animalito (o sea el koala). Por supuesto me le reí mucho y me costó una golpiza.
Universidad: Aquí las cosas cambian, en este ámbito la mitomanía trasciende al nivel de las relaciones sociales. Un muy querido y simpático amigo aseguraba que virtualmente no había fin de semana que no tenía relaciones sexuales o al menos agarraba con una o varias mujeres (distintas entre sí), de hecho creo que llevaba consigo un contador como el de Ben Affleck en la propaganda de AXE y nos increpaba a los demás el llevar en "nuestros conteos" menos de 60 mujeres . La verdad rara vez le vi con... digamos TAAANTAS, pero en fin, quien sabe... pinta no le faltaba. Pero lo mejor era que no solo tenía "noches de pasión" seguidas, sino que a demás se enorgullecía de haberse golpeado varias veces con peligrosísimas pandillas de Quito y el valle De Los Chillos, cosa que era más creíble, ya que se trataba de un individuo corpulento, pero era muy extraño observar que jamás tenía un rasguño en el rostro. Alguna vez si nos metimos en algún lío con un grupo de amigos y él estando ahí brilló por su ausencia.
Todas estas historias la verdad ahora me divierten mucho. ¡Benditos mitómanos que siempre están ahí!, en las aulas donde los televisores escasean. Y casos hay por montones...
Vamos con la primaria: donde tenía un singular amigo que a pesar de vivir en un multifamiliar de barrio de clase media, me aseguraba que su familia tenía un auto con las propiedades del auto fantástico, es decir: podías llamarlo a que te recoja en cualquier punto de la ciudad, era completamente indestructible (salía ileso de choques con camiones y esas cosas, alcanzaba velocidades astronómicas (capaz de viajar de Quito a Manta en menos de 4 horas) y obviamente era muy exclusivo y costaba una fortuna. Y bueno, cuando eres chamo puedes llegar a creerle cuanto cuento te meta a un guambra mitómano, solo que ya más crecidito me di cuenta que lo que me contaba dicho amigo era en verdad un absurdo.
En la secundaria: había un personaje muy particular, todos lo despreciaban pero a mi me caía bien. Sin embargo era digno de hilaridad las aventuras que había tenido y los lugares que había visitado. Una vez más era poco creíble como un sujeto que vivía en un barrio de clase media, tirando a subterránea pudiera haber conocido: media Unión Americana, media Europa, ¡Australia!, ¡TAIWÁN!. Pero sin duda su mejor historia fue cuando en una especie de "Safari Australiano", él había estado iendo en un automóvil y observa que estaba cayéndose un koala de un árbol. Él con la mayor pericia del mundo había alcanzado a: bajar la ventana del auto, salir medio cuerpo de el, extender los brazos y evitar que la caída del pobre koala sea mortal para el animalito (o sea el koala). Por supuesto me le reí mucho y me costó una golpiza.
Universidad: Aquí las cosas cambian, en este ámbito la mitomanía trasciende al nivel de las relaciones sociales. Un muy querido y simpático amigo aseguraba que virtualmente no había fin de semana que no tenía relaciones sexuales o al menos agarraba con una o varias mujeres (distintas entre sí), de hecho creo que llevaba consigo un contador como el de Ben Affleck en la propaganda de AXE y nos increpaba a los demás el llevar en "nuestros conteos" menos de 60 mujeres . La verdad rara vez le vi con... digamos TAAANTAS, pero en fin, quien sabe... pinta no le faltaba. Pero lo mejor era que no solo tenía "noches de pasión" seguidas, sino que a demás se enorgullecía de haberse golpeado varias veces con peligrosísimas pandillas de Quito y el valle De Los Chillos, cosa que era más creíble, ya que se trataba de un individuo corpulento, pero era muy extraño observar que jamás tenía un rasguño en el rostro. Alguna vez si nos metimos en algún lío con un grupo de amigos y él estando ahí brilló por su ausencia.
Todas estas historias la verdad ahora me divierten mucho. ¡Benditos mitómanos que siempre están ahí!, en las aulas donde los televisores escasean. Y casos hay por montones...
5 comentarios:
Me has hecho reir y recordar mi infancia con este post (no es mentira, ni tampoco era yo el mentiroso), pero claro que conocí personajes así.
Recuerdo al compañero que tenía un hermano en cada grado, y curso acendente, o sea un verdadera tropa, pero nunca se les veía, o cuando todo el mundo tenía nintendo 64, menos uno claro, pero un compañero ya tenía nintendo 65, así hay siempre, ojalá ya le hayan parado, sino mínimo y terminan de asambleistas.
Deberías dedicarle un post completo al mitómano del colegio, para que cuentes del perro-lagartija y del niño Dios de yeso.... je je je
Te falta también de los cuentistas.... como cierto pana que decía que ya le iban a poner DVD en la compu y a la final acabó siendo el último en tener un DVD....
Si me lo permites, robaré tu idea y más tarde haré un post acerca de mis propias experiencias con compañeros similares a los tuyos.
Son lo máximo!
La verdad que cuentistas que son alla... Claro que al venir aca, seguro perdi mi radar para detectar dichos "mitomanos". Perdida la verdad, perdida...
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