lunes, diciembre 10, 2012

Las fiestas de Quito más aburridas .... "ever"?


Como un buen representante del tercer piso, de por si ya no me entusiasman tanto las fiestas de Quito. Hice muy poco, por ahí par tragos, par de pasitos, un cuarenta aislado y la plena lo mejor fue verla a Café Tacuba grateche. Pero he venido escuchando varias voces que hablan que estas han sido "las peores fiestas de Quito de la historia".

A ver, antes de echarle la culpa al pana de mi derecha (que a mí también me parece nefasto), preguntémonos porqué nos pareció tan turras las celebraciones 2012 de fundación de la ciudad. Hay 2 cuestiones claras: la primera es la no celebración de la acartonada Feria de Toros "Jesús del Gran Poder" y la segunda tiene que ver con la prohibición de ingerir bebidas alcohólicas en lugares públicos.

El tema de los toros me vale escencialmente un rábano. Al ser un tipo al que no le interesaba ni por ahí la "fiesta brava", no me había afectado mucho esta "infausta noticia", hasta que decidí pasearme por la otrora concurrida Jipijapa en la primera semana de diciembre y observar un paisaje desolador. Recuerdos de borracheras y escándalos venían a mi mente como si se trataran de un animal extinto. Bueno, así es la vida, las cosas cambian, a veces se gana, otras se pierde y todos somos la selección ... (?)

Viene lo segundo, algo que si me conmocionó, porque, voy a ser sincero, a mi me encanta beber: en la esquina, en la vereda, en los parques, miradores y de hecho, era normal que me veas dando un paseo con una clubcita verde en mis manos. Es una especie de fin abrupto a un estilo de vida que hasta ahora me tiene sacado de onda.

Esto, estimados conciudadanos, es lo que ha hecho que nos parezcan flojas las últimas celebraciones de nuestra "carita de Dios". Ahora, quisiera que se cuestionen un poco. Si básicamente una fiesta para nosotros es beber, ¿no se han puesto ha pensar que somos una sociedad increíblemente aburrida, predecible, que se plantea pocas cosas nuevas y demás?. Porque si te quitan una vía de diversión, bien puedes apuntarte a otras, pero nos empecinamos en nuestra alcohólica forma de ver la vida y ahí ya no estamos tan bien.

Respecto a los toros, no sé si se han dado cuenta, pero mientras más joven es el sector demográfico del habitante de Quito, menos gusto tiene por la tauromaquia y en esa contra a dicha celebración, van desde quienes lo ignoran (como yo), hasta quienes se oponen radicalmente haciendo gala de un discurso animalista / ecologista y demás. Frente a este creciente desapego a una tradición, básicamente la Feria dejó de programarse por cuestiones comerciales.

Nuevamente nos metemos con "Augustito", el una la entrevista de ayer domingo en El Mercio, señala que en Quito "hay un cambio cultural". Bueno en teoría el burro este el Señor Alcalde tiene razón, ya no somos un pueblo chico y hay muchos criterios y muchas culturas reunidas en una ciudad hoy por hoy cosmopolita, en la cual, costumbres trogloditas como matar animales por diversión o embriagarse en la vereda, van quedando con menos espacio. Ahora, si algo me cabrea, es que me impongan costumbres de golpe y porrazo. Yo no pienso que una sociedad cambia por decreto de un día para otro, como intenta nuestra "linda revolución ciudadana", yo creo que las sociedad van progresivamente cambiando, a veces para bien, otras para mal y eso se evidencia por ejemplo en que las nuevas generaciones quiteñas son menos taurinas y tratan de cuidarse del trago (bueno, ahora se drogan más y francamente no sé qué es peor). Pero la idea es esa.

En el 2012 asistimos a un punto de inflexión como sociedad ya que una parte importante de la misma, la fiesta, ha cambiado para siempre. Como todo en la vida tendremos que acostumbrarnos, adaptarnos y sacar adelante la cosa, pero tendremos momentos para sufrir, tal como sufrimos unas abombantes fiestas de Quito debido a nuestra falta de imaginación principalmente.


viernes, diciembre 07, 2012

Y eso ha sido vivir un descenso


Domingo 2 de diciembre, temprano en la mañana

Me levanto con un ligero dolor de estómago. Es un día complejo y particular. Ando cabreado consternado por no poder movilizarme hacia Ambato pero las obligaciones laborales me lo impiden y empiezo con el ritual de cábalas: la camiseta de la suerte, el bóxer de la suerte, promesas van y vienen. Se aproxima la hora.

Esta angustia de tener a tu equipo al filo del infierno tal vez no es más grande que tener a un ser querido con su salud delicada, pero es un poco más grande que la de quedarte a supletorios por ejemplo. Se acerca la hora y aparecen todos mis sintomas somáticos del stress: mareo, jaqueca, náusea. Dicen que en Ambato hay puro conscripto y busco en redes sociales confirmar y desmentir para difundirlo. Fue lo segundo :).

Mientras alisto lo que será una fecha de locos (jornada unificada), respiro como mujer en labor de parto e inicia todo ... gol de Macará ... Edd con 3 manzanas de Adán ... lo anulan ... vuelvo a tener una sola. Más tarde si, el cuadro celeste se había puesto formalmente en ventaja y lo que me sospechaba. El Nacional tiene que vencer como visitante a Técnico Universitario, equipo que tambiéns e jugaba el "un lugar en el infierno" y que venía haciendo una mejor campaña que mi querida divisa criolla.

Minuto 28 y llega por derecha un balón que Marwin Pita empalme con zurda poniendo a El Nacional en ventaja. Pita no es un "cielo" Villafuerte, talvez no llega ni a "diablito" Lara en la historia de la institución, pero entra en mi historia personal al ser el tipo que ha marcado el gol que más he gritado en mi vida. Aparte de quedarme sin garganta, me arrodillo y después me boto al suelo. Un alivio increíble.

Llega el empate del "rodillo" y fin del primer tiempo. El entretiempo fue casi trágico, pensaba en lo peor, en las cargadas y en lo difícil que podría ser ese 2013 para mi equipo. Pero llegan los goles de Zura y de nuevo Pita y ya podía respirar de nuevo. El resto de la jornada ... pues me valía un atado (tranquilos jefes que ya las fichas están todas correctas) y lágrimas, pero ahora de felicidad. Debo confesar que en el último mes, cada partido de Nacional yo lo acababa con lágrimas pensando en el infierno de la B y la impotencia de ver un equipo limitadísimo que de pronto se vistió de grandeza sacando adelante un partido que a priori se veía partido. De pronto recordé esos títulos de 1992, 1996, 2005, 2006...

Esto fue distinto, en vez de coronar, salvamos, y debo decir también que ha sido tal vez más sabroso que un título, aunque claro, bastante más mediocre. Ahora hablando ya en serio de un poco de fútbol, ojalá haya cambios en el equipo, pues desde ya nos están desplumando lo poco bueno que tenemos. Ojalá volvamos a ser un equipo temible y que no volvamos a este trance. Hay mucho por cambiar, pero lo que nunca cambiaré es el amor a los colores rojo, azul y celeste. El equipo confirmo su grandeza sacando un resultado imprevisto y movilizando a mucha gente.

PD: Si El Nacional desaparece, me dedicaré al bádminton.
PD2: no se angustien, la promesa de los 40 reguetones va porque va.