jueves, agosto 18, 2011

Veamos qué pasa... Parte I


Este es una amague de crónica de viaje...

Se supone que mi destino era el salar de Uyuni, un lugar que viendo fotografías de su vastedad simplemente me parece fascinante, pero disponía de las dos primeras semanas del año para vacacionar y a don Evo Morales se le ocurrió justo en esos días, subir la gasofa* , lo que desató la ira popular y pues, me dio miedo encontrarme en las bullas de un país extranjero. Casi con maletas hechas, mejor fijé el rumbo hacia Chile, con suerte alcanzaría a ver el Rally Dakar.

Salí en un clásica noche lluviosa quiteña, inusual tráfico para domingo por la noche y después despoertándome a ratos para ver donde estaba: Quevedo, "Windows City", Babahoyo, Milagro, Naranjal ... Machala. Nada del otro mundo se podría decir, pero mi corazón empezaba a latir fuerte: primera vez que este pechito andaba tan lejos de su casa completamente solo, rumbo a enfrentarme "con lo desconocido", a muchos les parecía descabellada la idea, yo decía "veamos que pasa", la cosa era probar que tan lejos podía llegar por mi cuenta.

Las bananeras en mi Ecuador del alma

Llego a migración en Huaquillas, me empiezan a ofrecer el oro y el moro, yo quería llegar a Lima sin mucho trámite y por ahí ya me lo anunciaron. Después de sellar mi salida, compro el boleto, cerciorando que no sea negocio trucho, en fin, me dispongo a salir de la frontera y ya en el control del lado peruano empiezan los problemas del paisano (o sea yo) que no tenía idea de "como" hacer estos viajes. Tras despistarme un poco, me aborda un oriundo que me ofrece ayudarme y sin más agarró mi pasaporte, junto con su "compinche" buscaron convencerme que había problemas con mis papeles y sospeché. Cuando quise mis documentos de vuelta, me arrinconaron y me pidieron nada gentilmente que les "de para las colas", por ahí se contentaron con un dólar y yo con tres nueces de Adán. En la oficina me sellaron, todo bien y rumbo a Túmbes.

En Túmbes me embarco en tricimoto, le indico al chofer que me lleve al terminal de "Flores", me dijo que son cinco soles, pero que primero me llevaba a comer y como no tenía nada en el estómago desde la merienda en mi casa, acepté. Pedí la "combinación ganadora" de Cebiche (peruano) más Inca Kola que la plena, en Pe sabe a gloria. Después rumbo al terminal y me dijo que son 10 soles porque eran dos viajes!. Como estaba jugando de visitante, mejor ni armé pleito, solo tenía denominaciones altas y me dio vuelto, más tarde vería que cometí otro error fatal en eso.

Siendo las 3:30 de la tarde me disponía a embarcarme en un lujoso bus rumbo a Lima, pero resulta que el boleto estaba "sobrevendido", empezaba a odiar a ese país, me renacía el ridículo odio que te inculcaban en las escuelas en el Siglo XX hacia el vecino del sur... pero la señorita del mostrador amablemente me dijo que tenía dos opciones: o esperar al siguiente bus "VIP" hasta las 6:30 o embarcarme en el económico en media hora, además de devolverme la diferencia. Con el calor infernal que hacía en Túmbes y con todas las vistas las huee... que me habían hecho, solo quería largarme, escogí la opción dos (Polito).

Me embarco ahora sí en un bus normal, el cual ofrecía hacerme pagar las 20 horas de viaje que me esperaban, inspeccioné a mi alrededor, mucha gente que regresaba del feriado (resulta que hubo feriado en Perú), mayoría humilde y uno que otro con potencial traza para robarme, quizás eran más honrados que yo, pero con todo lo que me había pasado hasta el momento, la paranoia me invadía.

Saliendo de Túmbes,
en la próxima parte les pongo fotos mejores

Para despuecito el resto de este cuento, me cansé de escribir ...

* gasofa (ecuat.) : gasolina

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