viernes, diciembre 07, 2012

Y eso ha sido vivir un descenso


Domingo 2 de diciembre, temprano en la mañana

Me levanto con un ligero dolor de estómago. Es un día complejo y particular. Ando cabreado consternado por no poder movilizarme hacia Ambato pero las obligaciones laborales me lo impiden y empiezo con el ritual de cábalas: la camiseta de la suerte, el bóxer de la suerte, promesas van y vienen. Se aproxima la hora.

Esta angustia de tener a tu equipo al filo del infierno tal vez no es más grande que tener a un ser querido con su salud delicada, pero es un poco más grande que la de quedarte a supletorios por ejemplo. Se acerca la hora y aparecen todos mis sintomas somáticos del stress: mareo, jaqueca, náusea. Dicen que en Ambato hay puro conscripto y busco en redes sociales confirmar y desmentir para difundirlo. Fue lo segundo :).

Mientras alisto lo que será una fecha de locos (jornada unificada), respiro como mujer en labor de parto e inicia todo ... gol de Macará ... Edd con 3 manzanas de Adán ... lo anulan ... vuelvo a tener una sola. Más tarde si, el cuadro celeste se había puesto formalmente en ventaja y lo que me sospechaba. El Nacional tiene que vencer como visitante a Técnico Universitario, equipo que tambiéns e jugaba el "un lugar en el infierno" y que venía haciendo una mejor campaña que mi querida divisa criolla.

Minuto 28 y llega por derecha un balón que Marwin Pita empalme con zurda poniendo a El Nacional en ventaja. Pita no es un "cielo" Villafuerte, talvez no llega ni a "diablito" Lara en la historia de la institución, pero entra en mi historia personal al ser el tipo que ha marcado el gol que más he gritado en mi vida. Aparte de quedarme sin garganta, me arrodillo y después me boto al suelo. Un alivio increíble.

Llega el empate del "rodillo" y fin del primer tiempo. El entretiempo fue casi trágico, pensaba en lo peor, en las cargadas y en lo difícil que podría ser ese 2013 para mi equipo. Pero llegan los goles de Zura y de nuevo Pita y ya podía respirar de nuevo. El resto de la jornada ... pues me valía un atado (tranquilos jefes que ya las fichas están todas correctas) y lágrimas, pero ahora de felicidad. Debo confesar que en el último mes, cada partido de Nacional yo lo acababa con lágrimas pensando en el infierno de la B y la impotencia de ver un equipo limitadísimo que de pronto se vistió de grandeza sacando adelante un partido que a priori se veía partido. De pronto recordé esos títulos de 1992, 1996, 2005, 2006...

Esto fue distinto, en vez de coronar, salvamos, y debo decir también que ha sido tal vez más sabroso que un título, aunque claro, bastante más mediocre. Ahora hablando ya en serio de un poco de fútbol, ojalá haya cambios en el equipo, pues desde ya nos están desplumando lo poco bueno que tenemos. Ojalá volvamos a ser un equipo temible y que no volvamos a este trance. Hay mucho por cambiar, pero lo que nunca cambiaré es el amor a los colores rojo, azul y celeste. El equipo confirmo su grandeza sacando un resultado imprevisto y movilizando a mucha gente.

PD: Si El Nacional desaparece, me dedicaré al bádminton.
PD2: no se angustien, la promesa de los 40 reguetones va porque va.

No hay comentarios.: