jueves, septiembre 15, 2011

Veamos qué pasa... Parte III

Siguiendo con este cuento...

Centro de Lima
dejé de andar con "tres manzanas de Adán"

Tras atravesar la parte más "fiera" de Lima, llego al centro, arquitectura antigua y ya me siento que en verdad estoy en una jungla urbana distinta a la mía, eso sí, no hay tanto embotellamiento, pero llegamos finalmente a nuestro destino. Estoy en el barrio "la Victoria".

Como buen futbolero, quería cachar los estadios, pero primero, debía asegurar un hotel, había visto uno bonito por Internet antes de salir y agarro el taxi que me llevará a San Isidro, maneja como animal, pero se supone que es sello de todo taxista alrededor del continente. Le había dado la dirección y me respondió: "ah... por la cancha de golf!", yo dije que sí, como para que no me viera "muy paisano" (en realidad no tenía idea si había campo de golf por ahí). Creo que con esa afirmación jugué a la ruleta rusa. Cruzo por el Estadio Nacional de Lima, totalmente desbaratado (estaban refaccionándolo), ni chance a la foto.

expeditas las vías limeñas

Avenidas muy amplias en Lima, tránsito ejemplar al menos para mí, respeto por las normas de tránsito y cero congestión, cuando entramos al sector de "San Isidro" dije para mí: "este sitio si me gusta matarile....", ¡se nota que es un sector exclusivo pues!. Llegando a mi hotel, lo primero que debía hacer es intentar sacar efectivo, ya me había jugado una mala pasada la tarjetita, así que si no tenía como sacar guita, por las mismas tocaba regresarse. Exito, con dinero, me registro en el hotel del lindo sector de San Isidro, tiempo de por fin bañarme y "redibujarme la raya".

En San Isidro
(y sí, al frente de los edificios es el campo de golf)

Después de la merecida siesta, tocaba buscar qué comer (ahora sí ya hizo hambre), y en la primera estación de servicio me mando toda la comida chatarra que pueda. Entran dos chicas, seguramente son colegialas, pero de una hermosura como pocas, luego terminé regándome la comida, modo baboso "ON". Tal vez las chicas limeñas no tengan tanta fama internacional, pero me soprendí gratamente la cantidad de personal femenino "agradable a la vista" .. aunque supongo tal vez era porque andaba en el lado aniñado de la capital peruana.

hay que tratarse bien

Era tiempo de comprar mi pasaje a Tacna, a la frontera sur y después de eso un par de compras y una vueltita por San Isidro . Ya avanzada la noche, hotel y descanso. Hace rato que no pasaba la noche en una cama. Por la mañana me iría rumbo a lo más distante que haya podido estar de cualquier persona que sepa que existo y por ende que me pueda auxiiar. Hasta otro rato.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me perdí la I y II partes pero de una el surrealismo...como aquel tiempo descuartizado en medio del desierto, pues por allí encontré relojes chorreados al estilo de S. Dalí. Cómo es que andabas sobrino sin brújula por esos caminos! Apenas con la grata compañía de tí mismo? Feliz! Claro! Aplausos para tí!

Christian76 dijo...

Era que te des una vueltita por Barranco, la bohemia de Lima ¡genial!