martes, marzo 12, 2013

El Nacional: la crisis ... las soluciones?

Otra vez a hablar de fútbol.

Como hincha de El Nacional obviamente  mi estado de ánimo ha estado de muy mal traer por como le ha ido a mi equipo, no sólo este año, sino desde el 2007. No se cuántas más almas desesperadas colapsaron el pasado sábado cuando el Manta, cuadro con poca historia en el fútbol ecuatoriano, goleó 4-0 a nuestra amada divisa criolla, incluyendo el "gol del presidente", para humillación y ridículo mundial.

Hay problemas a corto plazo, como las escúalidas arcas del club, los jugadores trinqueros, el caos organizacional y etc. Pero esto va de la mano con un proceso degenerativo que creo yo, parte desde 1986, cuando cerró la gloriosa época de las figuras totémicas del club: los Paz y Miño, Villafuerte, Ron, etc.

Al Nacional le costó modernizarse, en su tiempo, tardó demasiado en entrar en la "onda" de los sponsors, estampando por primera vez un patrociandor con "TAME", empresa militar, en 1992. Por ahí debemos partir, por el lado militar. El Nacional fue creado y mentalizado por miembros de la Fuerzas Armadas, quienes con organización centralizada y planificada, lograron en pocos años levantar a un gigante, siendo anecdótico que un equipo considerado "grande" en su liga, lo haya hecho en tan poco tiempo (aún no cumple 50 años). La planificación, la disciplina y el aporte de todos quienes conformaban las Fuerzas Armadas, mantuvo al equipo en rol estelar durante los años 70 y 80, décadas en las que fácilmente se puede ubicar a El Nacional, por números y logros, como el mejor equipo del Ecuador de aquel entonces.

Los tiempos cambian y fueron apareciendo circunstancias que fueron minando la seguridad del club, empezando por el galopante crecimiento del costo de mantener un equipo de fútbol. Hace 30 años, el pase de Diego Maradona por cerca de 8 millones de dólares al FC Barcelona fue considarado escandaloso, hoy se paga eso por fichar a un jugador relativamente brillante en el fútbol mexicano o equipos chicos europeos. Regresando al tema, con los inflados contratos y sueldos de hoy en día, el futbolista, también alentado por los empresarios, busca rápidamente una mejor suerte en el extranjero o en equipos con mayor capacidad económica. Hoy por hoy, retener a los mejores futbolistas ecuatorianos resulta por demás imposible a El Nacional y muy difícil a los cuadros del país.

El tema que los jugadores ya no sean "propiedad del club" y se hable plenamente de contratos también agarró en offside al cuadro criollo. No sólo en El Nacional, sino que en cualquier club ecuatoriano, retener a un futbolista (al menos de los buenos) por 5, 8, 10 años, es ya útopico. Eso de armarse con jugadores simbólicos y que duren por los siglos de los siglos es muy difícil de ver en Sudamérica siquiera.

Aportaciones "obligadas". A partir de la llegada de Correa a la presidencia de la nación, se quitó el aporte que debían hacer a la Fuerzas Armadas del club, que esto fue el acabose del mismo lo pongo en mucha duda porque de esto se recaudaba más o menos 40 mil dólares. Lo que servía para pagar el sueldo de 2, máximo 3 jugadores. Aparte que me parece muy justo que alguien que no es hincha de un club, no le aporte al mismo.

El tema es que ante todas estas nuevas condiciones, El Nacional no supo adaptarse. El centralismo y los procesos burocráticos hacen demorar la toma de decisiones que deben ser violentas para que no desplumen a tu club. La condición favorable en la que El Nacional operó en sus épocas de mayor prestigio, generó una clase dirigencial despreocupada. No quiero decir que los militares son inútiles, sino que no se acostumbraron a lo que es en verdad el mundo de los negocios en el fútbol.

Es bien sabido que la dirigencia de El Nacional es armada prácticamente "a dedo", con ternas designadas por Fuerzas Armadas, en un proceso del que los socios apenas participan. El tema es que, con honrosísimas excepciones, los militares que llegan a estos puestos, ven a esta designación como plataforma para sus ascensos en la carrera militar y no como un servicio al club, con el agravante de que muchos de ellos ni siquiera son hinchas del club, lo que hace que les duela menos (o nada), los designios del club. En este contexto, poco esfuerzo han querido hacer por adaptarse a los tiempos y mientras el engranaje de la asistencia de Fuerzas Armadas sobrevivía, pues estaban muy cómodos, jugando a gerenciar.

La hinchada no se queda atrás. Acá voy con todos aquellos quienes se llenan la boca diciendo que el liguista o el barcelonista es novelero. Sépalo usted, señor nacionalista, que tal vez (como buen ecuatoriano) es EL MÁS NOVELERO DE TODOS, llenando el Atahualpa solo cuando se juega con liga, barcelona y en otros tiempos, partidos pepa de Copa Libertadores. La comodidad de la hinchada también se gestó porque no hacía falta que intervengan para que el club se llene de gloria y dinero. Solo esperar y vanagloriarse de ser hincha de un club ganador. Por lo menos en los chicos más jóvenes se ve entusiasmo por alentar, por defender aunque sea el honor del club con un canto, una bandera. Lo malo es que ante la ausencia de éxitos, es más difícil juntar hinchada joven.

Ante todo esto, ¿qué soluciones se puede manejar?. Va la primera, la que fácilmente te botan los hinchas de otros equipos: ¡contraten extranjeros!. Insisto, eso para un hincha de liga, barcelona, quito, emelec es facilito decir, pero un nacionalista sabe y siente que su identidad y si nos vamos por el marketing, "su marca", es ser "Los Puros Criollos". Esta bien, contratemos extranjeros, pero ¿en dónde queda eso de "Los Puros Criollos"?. Qué más es El Nacional si no eso?. Por otro lado, es evidente que si se contrata extranjeros, las condiciones del mercado se nos volverían favorables porque ampliamos el mismo y abaratamos costos de los preciados cracks ecuatorianos en caso de buscar contratarlos.

El Nacional sostuvo su base en la formación y cosecha de grandes talentos futbolísticos ecuatorianos, un privilegio que ahora tampoco mantiene por el auge de las "academias de fútbol" que encuentras hasta en la esquina de tu barrio y de proyectos con mucho dinero de por medio como el Independiente del Valle. También vale la pena mencionar que el modelo de cuadro exitoso y ejemplar es el del equipo comprador a través de la historia. Casos como el del actual FC Barcelona toman mucho tiempo y dinero y hay que recalcar en lo segundo a la hora de mantener a los cracks. Si el Baça fuera chiro, Messi, Iniesta y cía. se irían corriendo al Manchester o algo por el estilo.

Nacional necesita urgentemente refundar su forma de gestionarse. Necesita el aporte de más personas que se pueden encontrar en su numerosa hinchada civil, evidentemente mucho mayor en proporción a la militar, pero los militares son los encargados de seguir tomando casi todas las decisiones, las que en los últimos años han sido fracasos rotundos. Toman todas las decisiones porque aducen que el socio civil es minoritario, yendo (y con razón) a la base jurídica de que un club manejan sus socios y que ciertamente, muchos militares, por voluntad continuaron con el paoyo de una mínima fracción de su sueldo hacia el club, pero evidentemente, no quieren aflojar las riendas del equipo, por los beneficios no se si económicos, pero por lo menos a sus carreras militares que aporta el mismo.

Ante este difícil escenario que los señores militares nos presentan, los hinchas de Nacional tendríamos una misión súper complicada para salvar el club y es la de básicamente (parece ser sencillo) la de ¡hacerlo funcionar como un club!, donde el rol estelar de manejo y decisiones los tomen los socios. En nuestro caso, una mayoría de socios civiles.

¿Por qué digo que esta tarea es tan complicada?, porque en Ecuador, el manejo de los clubes de fútbol desde la base de sus socios, simplemente no existe. Lo que siempre ha existido es una cabeza fuerte, un modelo mezcla de cacicazgo y mecenazgo. Lo fue Isidro en los 90 para Barcelona, hoy los Noboa con el mismo club, los Paz con LDU, Quintana a su momento con Emelec, hoy Deller con Independiente, Gordón con el Aucas y en fin. Esto ya que las masas societarias de los clubes ¡son ínfimas!. Por ejemplo, Barcelona, que se jacta de una gigantesca hinchada, cuenta con alrededor de 10 mil socios, cifra que es ridícula si comparamos con las de equipos grandes de Sudamérica que son de 50, 60, 80 mil socios. En vista de esto, sin una cabeza fuerte, cualquier club se desbarata en el país. Así como todos se han visto beneficiados del aporte estatal o seccional (estadios para BSC y Aucas, terrenos y marcadores para LDU, publicidad estática favorable a SD Quito y desde luego, El Nacional y las Fuerzas Armadas). Básicamente los más grandes han corrido con suerte, los demás, es un milagro que se mantegan existiendo.

Al nacionalista no le queda otra que afiliarse, que dar un vuelco casi revolucionario a la historia del fútbol ecuatoriano (como ya lo fue el criollismo en su tiempo), para tener las riendas de su amado club, buscar salvarlo y reubicarlo en la grandeza. No sé si buscar nuestro mecenas, pudiera salir tan exitoso como Abrahamovic en el Chelsea o tan penoso como los jeques del Málaga. Una vez tomando las decisiones, hay que analizar el difícil tema de dejar el criollismo, en el mundo, el Atlético Nacional o el Steaua Bucarest ya arriaron banderas con el tema, sobreviven el Athletic de Bilbao con una calamitosa situación y Chivas de Guadalajara con una billetera poderosa a la cabeza y con una configuración del nacionalismo que en México es muy distinta a la nuestra. Nacional tiene gente adepta e historia para poder remontar esta horrible situación. Veamos si es tan grande como decimos , se reinventa y sobrevive.

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