martes, febrero 26, 2013

Edd South American Tour! (Pt. I)

Hasta que al fin tengo tiempo para contar lo que fueron mis vacaciones de este 2013. Claro, si quieres más detalles, queda conmigo por una cerveza o algo por el estilo. Pero hay que apurarme antes de que me olvide. Comenzamos!

Día 1
(de mi fascinación por Lima)

Era muy temprano en la madrugada y procuraba quedar más limpio y rasurado que de costumbre. Estaba conciente que durante las próximas 2 semanas, habrá momentos algo insalubres. Viendo el amanecer en el aeropuerto y caí en cuenta que probablemente (y así lo fue), será la última vez que utilice las instalaciones del viejo mariscal Sucre de Amazonas y La Prensa. Ya salía mi avión: TACA operado por Aerogal.

Eran las 9 AM, el temor que los oídos se me hagan chicle en el avión se disipa, se han portado bien, mientras revisaba que todo iba bien con mi salud (previos ataques alérgico y ocular, iba al viaje hecho botica), anunciaban el aterrizaje en el Jorge Chávez de Lima y ya podía preocuparme menos y emocionarme más. ¡Son tan fáciles los aterrizajes en otros lados!. Ya llegué a la bella Lima, equipaje y cambio monetario listos. Ahora a tomar el remisse que me lleve a la terminal de Cruz del Sur de la Javier Prado.

No son ni las 10:30 y mi bus a Tacna salía a las 14. Creo que es tiempo de una cuenta pendiente con esta fascinante ciudad por la que solo me he paseado en las zonas aniñadas (San Isidro, Miraflores). Me siento muy local en Lima, sus amplias avenidas, su tránsito rápido y fluído, aunque se había esfumado lo que solemos definir como "su eterna nube". Me fui para el centro, Plaza de Armas, conversando de política internacional (?) con el taxista. El sitio es muy lindo, pero yo siempre ando con cautela. Luego contemplando la plaza, me sirvo un ceviche con Inca Kola, que sabe dios porqué, en Perú sabe a ambrosía de los dioses. ¡Estoy re-feliz!, ¡Ya me voy para el sur! De nuevo por las calles limeñas, a toda velocidad, ¡esta ciudad me fascina!

Llegué a tiempo a la terminal, de mi anterior paso por Perú (cierto, no lo acabé de relatar, pero se resume en: llegué a Tacna, no me dejaron pasar a Chile, me cabrié, di la vuelta paseé de nuevo por Lima, volví a Ecuador, fin.), me había quedado la suprema comodidad de la famosa flota de "Cruz del Sur". ¡Incluso había WiFi adentro!, ¡a lo bestia! A mis anchas por un camino que ya lo conocía, todo iba perfecto, hasta que en Nazca se subió un sujeto con su hija. La chama no durmió ni dejó dormir en buena parte de la noche, pero ya qué, al menos estoy de vacaciones.


Antes, un sabrosísimo entremés musical a cargo de los chilenos Lucybell y su tema: "viajar".





Día 2
(Arica, siempre Arica)

Iba amaneciendo, tempranito como lo hace en el Sur de Perú en verano. Ya a las 5:30 AM pega un solazo y me costaba despabilarme por la mala noche anterior, había que tratar no parecer delincuente, basado en mi última experiencia en esa frontera, así que valía la pena dormir. Es imposible, cae el servicio de desayuno, caen lso controles de plagas y llegamos a la enigmática Tacna con su parafernalia militar recordada en cada plaza y dibujada en sus polvorientas montañas. Llegué a la terminal y comenzaba el operativo "frontera y LCDTM".

Crucé el terminal nacional hacie el internacional a agarrar cualquiera de esas busetas destartaladas que cruzan la frontera peruano-chilena. Hasta ahí todo me era conocido así que iba canchereando por las calles y dependencias del lugar. De pronto una gringa me abordó con un: "D'You Speak English?". Al parecer, este pechito iba a ser su salvación, puesto que no entendía hostia de español, ni siquiera podía decir "Iquique", que era su destino final. Este caballero la dirigió en todo el cruce fronterizo y de hecho, en el control de Chacalluta, se une una alemana que me preguntó con inglés disimulado si le iban a hacer problemas por la weed que llevaba. Le hice caer en cuenta los perritos que rodean el puesto, ergo le iba a ir muy mal. 500 mil preguntas de para qué diablos voy a Chile que solo se resolvieron indicando a la señorita de la caseta, mi caducada credencial de periodista. Por fin conocería Arica, estoy con 2 peladas de las tierras del norte. ¡Todo era grandeza!

Ya en Arica, la gringa tenía que verse con sus amigos en el para ella impronunciable Iquique, la alemana urgía llegar a San Pedro donde la esperaban ... o así decían. Ahí me quedé haciéndoles compañía, ayudándolas a conseguir sus boletos. Yo tenía ya reservado mi hotel en Arica y había planeado ver el Dakar al día siguiente. Será tacañería, estupidez o la idea de no saber a que me hubiera botado, pero decidí no seguirlas. Hasta ahora me arrepiento, pero ya está.

Fui nomás al hotel, que no estaba lejos de la terminal, motivo para que me vacile un taxista que se ganó unas monedas extras por al menos hacerme reír. Necesitaba una ducha y una siesta para después mandarme a explorar la ciudad. Estaba en el sector de Playa Chinchorro y tipo 5 a 6 de la tarde es cuando se vuelve concurrido el lugar, claro, recordemos que enero es temporada veraniega y ves muchas familias reunidas, todo relax. A lo lejos se divisaba el famoso morro y ya que tenía tiempo, fui a conocerlo. Llegué en taxi y al percatarme que el barrio que rodeaba al morro no estaba muy bonito que digamos, le pedí al taxista que también me haga el recorrida de regreso. Tenía una vista espectacular y coincidía con el atardecer. Después del paseo, pedí quedarme en el centro a recorrer las calles y regresé hasta "Chinchorro" a pie, me demoré algo pero valió la pena, además Arica es una ciudad muy tranquila. En  la noche me quedé en la playa que eso de las 11 de la noche y demás registraba un gran movimiento. Recomiendo mucho Arica para vacacionar.





Acá un set de fotos de los 2 primeros días del viaje.

En la próxima entrega: El Dakar y los desiertos

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