lunes, marzo 04, 2013

Edd South American Tour! (Pt. II)

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Día 3
(el día del Rally ... y casi me lo pierdo por c...)

Buscaba levantarme temprano, sólo me quedé hasta algo más de medianoche por la playa, tomándome unas cervezas, viendo gente pasar y no mucho más. Bueno, tampoco "tan temprano", ¡por Dios!, estoy de vacaciones y si no duermo más de la cuenta en esos días, ¿cuándo?. Vi que los espacios cercanos a la playa eran usados para hacer ejercicio y aproveché para trotar y demás, ya que sobretodo era perfectametne consciente que tanto tiempo con la nalga pegada a un asiento como veía que iba a ser todo este viaje, me iba a dejar "blandito". Era tiempo de abusar del desayuno-buffet, sacarme la mugre y arena y dejar listas mis cosas, pues los "check out" no perdonan.

En Arica me quedé en el Hotel "Andalucía". Bonito, limpio, cerca a la playa, recomendable. Debo anotar lo maravillado y asombrado que quedé de cómo es el tránsito en Chile: sumamente respetuoso y ordenado, lo mejor es el increíble respeto por el peatón. Ahí es cuando ves que este pasí sí está por lo menos "un pasito" adelante del resto de sudamérica. Después de charlar con la dueña del hotel (que aparentemente había vivido en Quito) y con más gente del lugar, me fui a dar vueltas por la ciudad, disque eligiendo lugar para ver el Rally. ¡Cuán equivocado estaba!.

La tarde veraniega Ariqueña tiene un sol bastante importante y fui a buscar sombra ... pasó una hora ... casi me duermo ... y ni señales del famoso "Dakar". Ya sospeché que algo había hecho mal, así que mejor busque un "cyber" para ver a donde arribaba la dichosa competencia y resulta que era en un campamento casi en la frontera. Pues ¡sopla a conseguir transporte!. Un amable taxista me llevó y el también se llevo una puteada reprimenda de la estricta policía chilena que impide que se pare en media carretera "así nomás".

Ya dentro del campamento empezaba el sonido de los motores. No soy precisamente el "gran fanático" del mundo tuerca, pero me llamaba la atención porque este evento reúne mucha gente de diversos lugares. Era muy emocionante ver como recibían a sus deportistas como verdaderos héroes. Mucha getne había llegado de Chile mismo, Perú, Bolivia, Colombia, Argentina y algunos europeos. Admiro mucho a los animales que se cruzan el desierto en moto, pero no había nada más alucinante que ver la llegada de los gigantescos camiones competidores, casi como ver a los elefantes de Aníbal cruzando los Alpes.

Tras horas de polvareda e incansable photo-shooting, caí en cuenta que no podía quedarme a " la farriza" que ya se estaba organizando, pues ya había comprado mi boleto a San Pedro de Atacama. Tuve que hacer dedo para salir de ahí, un generoso campesino se ofreció dejarme en Arica a pesar que ese no era su destino. Ya estaba oscuro y tenía que volar a quitarme el polvo, ponerme pantalones largos y caer a la terminal. Puedo concluír con que me gustó mucho Arica y lo considero un buen lugar para descansar.



Antes, un sabrosísimo entremés musical a cargo del grupo chileno "La Ley" y uno de sus temas más antiguos: "Desiertos".


Día 4
(San Pedro y el Valle de la Muerte)

Salimos a las 22H00 para viajar durante toda la noche por el desierto. Iba en una unidad de la compañia "Tur Bus", muy cómoda ¡y con tomacorriente para mi celu!. El plan era dormir en el bus y aprovechar mis episodios insomnes para contemplar un poco del paisaje. Primero, no se distinguía mayor cosa, segundo, dormir fue imposible, puesto que cada pasada de "Región", tenías que de ley despertarte, bajarte del bus, agarrar tu equipaje para que lo revisen y te revisen a ti mismo minuciosamente. Seguían pues, las autoridades chilenas recordándome que ellos SÍ que hace cumplir la ley. El cruce entre las regiones de "Tarapacá" y "Antofagasta" estaba muy frío. supongo que era la alta madrugada.

Amaneció, paramos en un pueblo llamado "María Elena", después nos fuimos adentrando desierto adentro, una cosa que se veía supremamente yerma, en verdad debe ser el lugar más seco del mundo, como lo promocionan. Pasamos por Calama, ciudad que para los futboleros es famosa por alojar al Cobreloa. Un poco destartalado luce el "Estadio Municipal" por el que pasamos a lo lejos. Llegamos a San Pedro de Atacama con la novedad que no hay terminales definidos ni idea de lo que es asfalto.

Con la mochilota, la mala noche y el solazo, busqué mi hostal que se encontraba en una calle que Google Maps no sabe que existe (?), pasando las aduanas, casi en medio de la nada, pero acogedor el lugar, al menos para mí que me saqué cuarto privado hueón. Me mandé una siesta de mediodía y desperté un poco homesick, creyendo que estaba en mi cama. Era después tiempo de pasar el hambre y buscar conocer algo simpático del lugar.

Pasando las 15 horas hace un sol demencial y conseguí un tour a los Valle de la luna, la muerte y todas esas cosas. Cosa curiosa, la chica de la agencia era argentina, como al del hostal y como de un millón de gentes, todo en onda hipposa. La misma onda del pueblo en general es esa. Entonces conocí los famosos valles con paisajes desoladores y salvajes, ¡justo lo que estaba buscando!. Foto por aquí, foto por allá, entre mis compañeros de excurisón estaban 2 chicas rusas impresionantes, pero solo hablaban entre ellas (¡qué lindo suena el ruso!). El guía de la expedición, un boliviano, hablaba mucho de revolución y esas vainas, yo no sé si tenga precisamente pinta de revolucionario, pero ya está. Nos quedamos en la naturaleza hasta el anochecer, vagué por el pueblo buscando ver el Ecuador vs Brasil sub20, pero como buen sitio hippie, el fútbol les importaba poco. Había que dormir, el camino de regreso al hostal era imposible de divisar y sabe Dios como llegué. Necesitaba levantarme temprano para continuar con el viaje.

El Set fotográfico de aquellos jornadas



En la próxima entrega, el paso de Chile hacia Argentina y la Quebrada de Humahuaca


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